Empezamos la segunda semana de adviento y con ella no podemos olvidarnos de María, firme ejemplo de espera y de servicio. Ya va quedando menos para la Navidad y no podemos olvidarnos que nuestro corazón no puede llegar de cualquier manera.
“Quien no pierde su capacidad de asombro, sabe disfrutar con las pequeñas cosas y, cómo no, con las grandes personas.”
La semana pasada pedíamos perdón y estábamos alerta de lo que pasase en el mundo. Desde la humildad, vivir sirviendo al que lo necesite.
Quien es agradecido gana siempre. No te olvides que Dios escribe recto en renglones torcidos, utiliza el adviento para repasar tus renglones y empezar a escribir los nuevos.